miércoles, 28 de noviembre de 2012

Ya está aqui


Esta es mi experiencia como madre de Don Luca Olivari, cosa que no ha sido fácil pero si fascinante. Le digo Don Luca porque es una concentración de sabiduría y enseñanza cada minuto, es un alma sabia en un cuerpo nuevo, diría mi mama, y ahora lo digo yo.
Cuando me enteré que estaba embarazada, dejando a un lado el shock de la noticia, y la posible reacción de todos a mi alrededor, empezaron las preguntas internas: de verdad hay una persona creciendo dentro de mi cuerpo? de verdad me va a crecer la panza? como voy a cuidarlo? me va a querer? voy a ser buena mamá? se parecerá a mi?. La mayoría de todas esas preguntas me las sigo respondiendo cada día y es un aprendizaje que nunca termina.
Fue un embarazo feliz, a pesar de los achaques propios de esa situación. Solo puedo describir la experiencia del embarazo como MARAVILLOSA, fueron nueve meses de diálogo muy íntimo entre esa personita y yo.
El nacimiento vino de golpe, porque aunque ya estábamos esperándolo, nunca me sentí absolutamente preparada para recibirlo. Verlo por primera vez me produjo una taquicardia que nunca había sentido y en ese momento cambió todo, ya yo no era yo, nací de nuevo junto a él. Aunque también pasó algo extraño, cuando lo vi por primera vez, estaba en manos de la pediatra que lo revisaba y lo primero que dije fue: es ese?. El Dr. me respondió con un resoplado: claro que es ese!. Aún sigo sin entender mi pregunta, adivino que me tomó un par de segundos darme cuenta de la magnitud del grandioso acontecimiento de su llegada.

Cada madre nace con su bebé, cada una vive su propia experiencia con sus maravillas y dificultades, lo único cierto es que nos encanta compatirlo con el resto del mundo, y escuchar a otras madres, para así darnos cuenta que no hay tal cosa como una madre perfecta para todos. Cada mamá es perfecta para su hijo, y continuamos con nuestro aprendizaje cada día o al menos eso espero.